51 º

Algunos de los que vais a ver este documental acogéis en vuestras familias, durante los meses de verano, a niños saharauis, que vienen de un lugar convertido en infierno, debido sobre todo, a las altas temperaturas.

Desde aquí quiero felicitaros por vuestra valentía y vuestro esfuerzo,cuya única recompensa es el cariño, la alegría y la humildad que las familias de estos niños, y el pueblo Saharaui en general, os ofrecen.

Siempre me he sentido atraído por el género documental, pero hasta este trabajo no había encontrado ningún tema lo suficientemente atractivo que me permitiera moverme con soltura dentro de esta campo y, a su vez, se ajustara a mis limitados conocimientos y escaso presupuesto.

Fué Marimar Renedo,presidenta de al Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui del Alto Urola en Guipuzkoa quien me propuso viajar a los campamentos de refugiados en la Hamada Argelina de Tinduf, aprovechando la visita que las familias vascas realizan a las familias de los niños en acogida.

En un pricipio no sabía la dirección que debía de tomar a la hora de elaborar una historia y confeccionar un guión. Podría haberme centrado en los niños, en la ayuda humanitaria o en aspectos organizativos… Fue la mujer saharaui quien me facilitó las cosas a la hora de elegir: LA MUJER SAHARAUI Y SU PAPEL EN LOS CAMPAMENTOS.

“51 Grados” es un mini-documental con tendencia al drama,con dos partes bien diferenciadas:

La primera parte es meramente informativa y en la segunda tomo como base la ceremonia del té (donde de ella dicen los saharauis que: el primero es amargo como la vida, el segundo, dulce como el amor y el tercero, suave como la muerte) e intento capturar unas pinceladas de romanticismo dentro de aquella desesperada situación.

Por último, comentar que he contado con la inestimable colaboración en las voces de Juan Luís Escudero y Oihane Mariñelarena, así como con la ayuda de Alex Areizaga en algunos aspectos técnicos, por lo que les estoy muy agradecido.

“51 Grados”,está grabado en blanco y negro y en color, tiene una duración de 12 minutos y está dedicado íntegramente a la mujer saharaui y, en especial, a Lala Mohamed Ahmed, la protagonista de esta historia.