PÁNICO BÁSICO

El miedo puede provocar acciones atípicas e irracionales a quien lo siente y sin poner en duda si como sentimiento colectivo o individual varia con las épocas, no he recurrido a Munch o a Lovercraft, ni a espiritus, criaturas aterradoras o psicópatas, sino que me he basado para la creación de esta instalación en unos personajes de corte popular y festivo pero que pueden provocar auténtico pánico con su sola presencia. Sobre todo en los niños, a cuyas mentes sin contaminar entran en un juego a partes iguales la atracción y el miedo.

ESTRUCTURA DE LA OBRA

MATERIAL SENSIBLE

Siguiendo el proceso de construcción del personaje del cabezudo y bajo registro fotográfico he creado la serie de imágenes que forman parte de la base compositiva y fundamental de la obra. Así mismo he utilizado como elementos compositivos varios de los materiales con los que se construye al cabezudo y que han servido, a su vez, para la creación de las diferentes superficies y estructuras utilizadas como soporte para las imágenes fotográficas (fibra de vidrio, passepartout, cuerda, pintura…). Utilizo también objetos de metal (alfileres), vejigas de cerdo y rotativos de emergencia.

EXPRESIVO

La obra funciona más como una mente humana que como un ojo humano. Lo encontrado y la fotografía interactuan y se parecen más a un proceso cerebral que a una imagen tradicional. La búsqueda de algo simbólico es un error por ser un factor limitante. Los ojos y la mente han de abrirse a nuevas posibilidades. Cuando el público contemple la unión de todos los elementos expuestos tal vez se atreva a soñar. Soñar y luego volver a la realidad y cuando abandonen la sala, es posible que el sueño permanezca o que vuelvan ha recordarlo cuando vean a los cabezudos, a los niños y a las circunstancias resultantes, circunstancias que derivan en sentimientos que normalmente pasan desapercibidos ante nuestra visión periférica.